jueves, 19 de mayo de 2011

LA SINCERIDAD



La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza…
Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes.
La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes.
Cuando se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán: ‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en realidad.
También indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad, pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad.
Para ser sincero se necesita tener mucho ‘’tacto’’ y esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad la incomoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el primer propósito es ‘’ayudar’’ a esa persona, y esto es necesario para que la persona escuché y vea que lo que se la dice va con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderla.
La sinceridad también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad a un amigo o a una amiga por ejemplo, el no decir la verdad no se puede justificar con no decirlo con el perder una buena amistad o por el concepto que se tiene de la persona.
La persona sincera siempre dice la verdad, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Ya que vernos sorprendidos mientras mentimos es más vergonzoso aún.
Al ser sinceros aseguramos nuestras amistades, somos más honestos con los demás y a la vez con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la autenticidad que hay en nuestra forma de comportarnos y nuestras palabras.
A medida que nos vamos haciendo más mayores, la sinceridad debe ir en aumento y debe convertirse en un elemento básico para vivir nuestra vida con auténtica plenitud y sinceridad

EL PERDON

 
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Qué fácil es hablar del perdón, pero que difícil es darlo. Algunos han dicho que es un don el saber que estamos equivocados y que podemos ser perdonados; pero ¿qué pasa con los que se equivocan y nos hacen daño? Algunas veces deseamos castigar a dicha persona, pero quienes salen más castigados somos nosotros mismos y para liberarnos es necesario renunciar a esos sentimientos dolorosos que no son nuestros, sino que son de quien nos hizo daño, y hay que dejarlos ir. Cuándo sucede esto, me pregunto, ¿qué hubiera yo hecho en lugar de la otra persona que me hizo daño, si yo hubiera estado en la misma situación y circunstancias? Casi siempre concluyo que en ese momento, lo que hizo esa persona fue su mejor opción para él, aunque no para mí, y lo que la otra persona hizo fue sólo protegerse, no fue su intención hacerme daño. ¿Acaso no hice sentir yo alguna vez a otra persona de la misma manera? ¿Estaré pensando que mis sentimientos valen más que los de la otra persona? Y de ahí viene la siguiente reflexión: Me siento herido, pero eso no significa que la otra persona sea mala o en verdad quiera hacerme daño. Simplemente la otra persona no conoce toda mi vida ni mi pasado, igual que yo no conozco el suyo, y no sabe lo que traigo guardado en mi historia personal. El perdón no se pide, se da… Y la razón más importante para darlo es que me libero de una gran carga. ¿Qué prefieres? ¿Ser feliz o tener la razon?

EL AMOR




Hablar sobre el amor es arriesgado, todo un reto de investigación, lecturas, observación e introspección de quien habla sobre ello. Es un tema fascinante sobre el que se han escrito tantas cosas, algunas muy serias y otras algo banales, típicas, pero que sirven tanto como las serias, porque de todo se aprende y sobre todo de los puntos de vista de las personas que se arriesgan y tiene el valor de escribir sobre ello.
El Ser Humano desde que nace y, en general, el mundo depende mucho de este artículo de primera necesidad que llamamos "amor". Vivir sin amor, no es vivir, es padecer y a lo largo de la historia del hombre se ha evolucionado siempre de acuerdo con la premisa de que el amor es fundamental para la misma.
Se distinguen varios tipos de amor: amor al ser humano, amor filial, amor fraternal, amor paternal, amor a la Naturaleza, amor en la amistad, y el amor de Pareja. En este capítulo vamos a referirnos al amor de Pareja, puesto que nos metemos en la gran aventura que suponen las "Cosas de dos".
Como veremos a lo largo del capítulo, es imposible no amar. Aunque este toma las distintas formas y tiene infinitas versiones, todos sentimos este sentimiento que puede convertirse en la miel más jugosa y en la obsesión más reiterativa. El amor nos nutre y a su vez nos hace perder la cabeza. Basta recordar aquella vez que tuvimos aquel encuentro fortuito con aquella persona, y sentiremos esa mezcla vertiginosa de sensaciones. Es muy corriente encontrarnos con personas que tienen miedo a amar, esto les hace temerosa de vivir.
El amor es como una rosa, es fragante, colorida y también tiene sus espinas. Pero, ¿podemos evitar esta dulce fragancia solo por un posible pinchazo? Tenemos la firme convicción, que la atracción que sentimos cuando amamos es mucho más potente que la evitación del sentimiento de miedo. Por mucho que hallamos vivido innumerables desengaños, siempre escuchamos el latido de nuestro corazón y buscamos la calidez del contacto íntimo.
En esta primera disertación que con humildad nos proponemos hacer para que llegue al alcance de estudiosos del tema o simplemente de aquellos que quieran informarse y ampliar sus puntos de vista, nos basamos en nuestra experiencia, en la observación en consulta, en nuestras lecturas y también en la experiencia que nos proporciona la vida.  Las referencias bibliográficas sobre el tema son las obras de  Buscaglia, Rougemont, Murueta y Hay, Fromm y Peck. También en  revistas de divulgación terapéutica, cuya línea de información es holística, humanístico- existencial y Gestáltica, es decir, es decir, corrientes que hablan del ser humano y sus sentimientos considerándole como indivisible en su parte física, psíquica y espiritual. Estamos convencidos de ello y por tanto no separamos ninguna de las partes sin considerar las dos restantes.
Así pues, comenzamos a hablar sobre el Amor como un sentimiento aprendido y que requiere en líneas generales cierta  reciprocidad para que sea auténtico, y no como producto de una dependencia o adicción psíquica y emocional que a veces confundimos con el Amor. El amor es un sentimiento compartido, se siente amor por las personas

LA AMISTAD

La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor.
Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca.

Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes.
Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal.
A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia.
Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.
Es aquello por lo que darías todo.
Menos tu cajita de cristal…

LA HONESTIDAD

La honestidad constituye uno de los valores más importantes en la formación de la personalidad del niño al ser la base de relaciones personales en las que la proyección hacia el otro implica un afecto personal desinteresado, y un respeto que se fortalece a través de las mismas interrelaciones.
Para desarrollar la honestidad en el niño es preciso formar nociones, conocimientos, habilidades, emociones, vivencias, sentimientos, que los preparen para una conducta honesta, que es necesario aprender. Por su propio desarrollo evolutivo el niño de la primera infancia cree que todo le pertenece, que todo gira entorno a él, y por lo tanto, todos los objetos del mundo circundante son suyos, así como aprobadas todas las acciones para obtenerlos, este egocentrismo inicial va cediendo poco a poco a comportamientos mas socializados, que lo obligan a no mentir, a no utilizar medios no adecuados, para obtener lo que quiere. Es por eso que en la formación de una cultura de paz la honestidad se convierte en un pilar de la misma.
El saber que se puede o no se puede hacer, y que conducta es buena, es un aspecto fundamental en el desarrollo de la honestidad. Conocer porqué un comportamiento honesto logra buenos amigos y un reconocimiento moral, es básico para desarrollar este valor en los niños de esta edad. Esforzarse por hacer algo útil en beneficio de los demás, sin esperar recompensa y solo por el hecho de hacerlo es importante para estos fines.
Como se destaca, la honestidad es un valor o concepto general que engloba otros más específicos, como es el respetar a los demás, no apropiarse de lo ajeno, ser sincero en las relaciones, no mentir, decir siempre la verdad. Es una cualidad bastante abstracta de comprender para un niño en la primera infancia, y que solo mediante comportamientos particulares logra poco a poco consolidarse como un valor general.

miércoles, 18 de mayo de 2011

LOS VALORES

Los Valores Humanos son una expresión espiritual del hombre en su vida diaria, es posible percibirlos, fortalecerlos e incluso ocultarlos. Son diferenteas a la culura y aun mas distantes de la ideología. Por tanto los no SOLO  son expresiones culturales o religiosas, sino, son manifestaciones espirituales perceptibles..